La Puerta del Club  

Quien no se acuerda  de la puerta del Biltmore a  cualquier hora. Carlitos, Chispas, Manolo y Evelio recogiendo llaves y poniéndolas en un panel de madera con unos ganchitos y sin ningún nombre, para mas tarde cuando le pedían el carro iban recogían un llavero y le traían el carro al socio, sin equivocarse! Cómo lo hacían? No solamente eso sino que sabían donde estaba el carro parqueado aunque no lo hubiera parqueado el. Aquello a veces parecía una casa de locos con diez socios entrando y saliendo, ya se lo podrán imaginar.

 

Los niños con las Tatas sentados en los dos arcos al frente esperando el carro de la familia, Evelio con su radio conectado a la oreja oyendo los juegos de pelota y al socio que le hablaba al mismo tiempo, que talento.

 

Manolo con su diente de oro y sonriendo todo el tiempo, Chispas en su uniforme de 2 tallas menores que la de el y con los botones a punto de salir volando por la presión, Carlitos de director de orquesta y supervisando todo. Todos con sus uniformes blancos.

 

Adentro, a  solo unas cuantas yardas a la derecha mirando hacia dentro estaba la pizarra de teléfonos, manejada en aquel entonces por Humberto, que sin pestañar mientras mantenía en memoria a quien tenia en “Hold” conectaba otra línea para otro socio y además le daba los toques finales a una de sus muchas acuarelas que pintaba mientras trabajaba pues Humberto diseñaba ropas y vestimentas para la farándula y con que clase de talento! Humberto estaba en la ventana de la derecha y la de la Izquierda estaba un teléfono para los

socios llamar siempre que te dieran “Línea”.

 

A la Izquierda de la escalera estaba otro cuarto con muebles de ratan pintados de verde y un poco mas hacia dentro un closet de teléfono barnizado carmelita oscuro donde siempre había un socio hablando pues en todos los años que puedo recordar nunca lo vi vació. Un poco mas adentro, la enfermería, donde lo mismo te ponían una curita que te daban dos puntos en la cabeza después de la guerra de piedras o te curaban el pie después de pisar un vidrio.

 

Ustedes saben que esto que le estoy contando, nadie jamás podrá quitárnoslo porque lo vivimos desde niños y tampoco podrán imaginárselos porque nunca lo vivieron

 

Bueno  los dejo porque voy a dormir a ver sin tengo suerte y sueño algo mas.

 

Se les quiere...

 

Nando

Nando