El Caddy House  
   
Cierro los ojos, y veo aquella casita de madera pintada de verde oscuro, con una franja todo alrededor de arcilla color naranja procedente de los tennis courts, cubierto su techo de todas las hojas de pino australiano que más parecía una de las famosas fabriquitas de cookies que aparecen en los bosques encantados,  tan pequeña que no pudiera ser el Caddy House del  Biltmore Country Club y que en ella estaban guardados y atendidos todos los palos de golf de todos los socios del club.

Con su ventana
  por donde metían  y sacaban todas las bolsas  del día. Con Paquito siempre sonriente y eficiente, con “Lindon”el Caddy mas viejo de todos y querido por todos los golfistas. “Azul” otro caddy jovencito, también siempre en espera de salir con algún socio. A Chano, tratando de resolver algún problema de algún socio antes de la salida. A Pepe, la figura principal, el personaje numero uno del Caddy House, hablando y dando “tips” y consejos de última hora a todo aquel que se lo pidiera.

Pero la verdadera estampa era Pepe dando clases frente al Caddy House o repasándole el swing a algún otro socio en unos minutos mágicos para que ganara ese día. Ya después de que salieran todos los “foursomes”empezaban a trabajar, limpiando los que no se habían terminado o reparando o cambiando “grips” por unos más modernos en fin, que allí no se paraba nunca y si pasabas adentro, probablemente te botaban enseguida para que fueras por la ventana. Yo por mi cuenta, contribuí, a mas de una cana de la cabeza de Pepe pues mi hobby eran los avioncitos de motores de gasolina que se volaban en círculos sujetados por unos alambres y los cuales no aterrizaban hasta que se les acabara la gasolina.

De mas no esta por decir que los “Fore” no paraban para que yo me quitara pero no podía hasta que se terminara el combustible a veces hasta cinco minutos; Esto sucedía los fines de semana en el fairway del hoyo uno, que quedaba al fondo de la casa de mi padre, que por coincidencia era en aquellos momentos presidente del Green Committee.

Me parece estar oyendo a Pepe,........... ¡pero,
  Fer, Fer, nando si tu pa, pa, padre se entera te, te, van a suspender un mes! La realidad fue que nunca se lo dijo a mi padre y me salvé de más de un mes de suspensión, pues ya muchos de ustedes conocían al “Reyecito” y sus “penitencias” Todavía tengo los olores de los líquidos, pegamentos, pastas para pulir metales, motores de cepillos eléctricos y sobre todos el olor a cuero de las bolsas de los palos.

Cierro los ojos y me parece estar ahí..... dicen que recordar es volver a vivir y a veces,, así es como me quedo dormido,.................... cierro los ojos y a soñar.